sábado, 18 de febrero de 2017

Mariposas en la panza (II)


#historiasdeamor



Mariposas en la panza (II)

De oídas cuando niña y por las lecturas de Corín Tellado de adolescente, Alejandra siempre supo que los enamorados sienten mariposas en la panza. Tal vez no entendía qué quería decir eso, porque sólo veía el contento de los novios, los regalos, los paseos de la mano. Pero, ¿y las mariposas? ¿cómo llegaban a la panza…? Si nunca se veían revolotear alrededor de los enamorados. Bueno, alguna vez sí, alguna mariposita en la plaza o en los dibujos de cuadros románticos de las revistas. Alejandra fue creciendo, aprendiendo un sinfín de cosas, estudió, vio muchas películas, siguió leyendo novelas de amor, pero nunca encontró a las mariposas que aleteaban en la panza de los enamorados.

Y llegó el día en que Alejandra se enamoró de Alejandro. ¡¡Ahora sí!! Cuando lo veía, una sensación de cosquillas le iban y venían por la panza. No pudo saber cómo habían llegado ahí, pero no importaba, su amor era más grande que todas las dudas. El problema fue que Alejandro no sentía nada por ella. Las cosquillas se volvieron nudo. Entonces Alejandra tomó una decisión. En una tarde serena y de sol, atrapó varias mariposas, hizo una torta con ellas y convidó a su amor imposible. No veía otra forma en que las mariposas llegaran a la panza de Alejandro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario